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God save the queen, don´t stop the show

Poradmin

Oct 21, 2018

La jornada se presentó desapacible, lluviosa y con las redes sociales clamando por la suspensión del concierto que debería traernos el espíritu y el repertorio del famoso Wembley´86 a cargo de la banda tributo (denominda por muchos la mejor) a Queen.

 

 

Sin embargo las puertas del Auditorio se abrieron dando paso a un público pertrechado con chubasqueros y paraguas en un ambiente ciertamente frío y raro debido a los condicionantes climatológicos. Pero vamos a lo musical. Los teloneros no eran unos cualquiera ni principiantes. Los escoceses Gun, otrora banda de multitudes y estadios, salieron a la parte delantera del escenario para darnos muestras de su calidad y empaque en canciones con cierto carácter añejo, de rock sin tintes electrónicos y que, visto lo visto, no han envejecido mal. Los de Glasgow interpretaron temas como Word up (todo un hit) e incluso se atrevieron con versionar (you gotta) fight for your right (to party) de los Beasties Boys. 

 

La puesta en escena de Dios salve a la Reina coincidió con la aparición de la lluvia con lo que One Vision discurrió entre miradas buscando los huecos que los paraguas dejaban a la vista. Afortunadamente el agua dio la tregua suficiente para ver sobre el escenario lo que buscaban representar fidedignamente en cuanto a aspecto físico y vestuario. En es aspecto sin duda el objetivo está conseguido imitándose movimientos y poses que Freddie Mercury convirtió en reconocible sello personal. Lo de la voz ya es otro cantar. El show en general pareció falta de fuerza incluso en cuestiones de volúmenes. La guitarra de «Brian May» no lució como debiera y aquello fue un sí pero no. 

 

Junto al piano hubo momentos notables y el I want to break free fue sin duda uno de los temas más celebrados de la noche. Disfrutamos de la escucha en directo de uno de las mejores canciones de la historia, Bohemian Rapsody (uno de los momentos más emotivos del concierto) así como un repertorio cargado de himnos que con el paso de los años ya son inmortales. No fue una reproducción fidedigna de Wembley ya que incluso sonó Show must go on que se publicó varios años después y aunque siempre viene bien recordar a tan famosísima banda y sus creaciones lo cierto es que el tributo contó con buenas intenciones en su aproxidamente hora y media de duración pero sin la brillantez que se presumía desde que se anunciara y al que precedían excelentes críticas.

 

FOTOGRAFÍAS: IRENE GARCÍA MEDINA

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